¿Sabes qué es lo peor de todo esto?
El recuerdo. Duele. Duele muchísimo. Está dentro de mí, arañándome, saliendo a recordarme que siempre estará conmigo. Y me hace llorar. De rabia, de nostálgina. Por no haber sido la persona que tú decidiste querer, por no haber conseguido que tú me quisieras tal y como yo soy.
Lo siento tanto...
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